EL DON DE LA OMNIPRESENCIA

No descuidar ningún canal para estar en cualquier sitio, en un momento en el que el exceso de oferta y de impactos publicitarios pueden sepultar cualquier marca bajo una capa de invisibilidad. Publicidad on y off line, interactiva, provocativa… a estas alturas hacerse notar parece un objetivo más vasto e inabarcable que nunca.
Está claro que los expertos en marketing lo tienen mucho más crudo ahora que en las décadas doradas de la publicidad, cuando un slogan permanecía en la memoria del usuario durante décadas ¿Quién no recuerda “Es el Cola Cao desayuno y merienda ideal”, o el jingle pegadizo “Vuelve a casa vuelve por Navidad”?
Y esto no pasaba porque sí. En aquél momento las campañas se reducían a algún spot televisivo en uno de los dos canales permitidos, cuñas de radio y anuncios en revistas y periódicos, pero ahora el aluvión de canales públicos y privados junto a la irrupción de internet lo ha cambiado todo. De hecho, cada individuo puede estar sometido al día a 3.000 impactos publicitarios y de ellos, solo una pequeñísima parte consigue llegar a su público objetivo y quedarse en su memoria para construir y apoyar los valores de la marca a la que representan.
Y este cambio tiene un motivo muy claro, porque aunque en el siglo XXI radio, televisión o publicaciones periódicas continúan siendo una parte importante del pastel, ¿Qué hay de los foros, páginas web, redes sociales, vídeos promocionales y otras herramientas indispensables para conectar con el mercado de las que disponemos hoy en día?
La solución existe, se llama marketing 360 grados y salta a la palestra para ofrecer una estrategia global que puede ser adaptada y difundida a cualquier canal que utilice nuestro consumidor potencial. El objetivo es obvio: no dejar ningún soporte desatendido y plantear las acciones de forma que su efecto total sea apreciablemente más eficaz que la suma de las acciones.