

Existen modelos únicos, intemporales, que se renuevan sin perder su esencia y que mantienen, con el paso de los años, su condición de ser los más deseados y también los más conocidos.
Entre los días 14 y 17 de enero se celebró la 29 edición del Salón d e Alta Relojería de Ginebra (SIHH), que incluyó, una vez más, el apartado denominado “Le Carré des Horlogers”, un área reservada al servicio de la relojería más creativa e independiente.
Los calibres de cuerda manual o automáticos poseen una calidez especial, casi de organismos vivos. El acompasado ritmo de sus latidos nos hace olvidar que nos encontramos ante una serie de engranajes mecánicos, capaces de transmitir movimiento a las agujas.
Existen aventuras únicas, tremendamente ambiciosas, que ponen al límite a sus protagonistas y que nos hacen avanzar históricamente. Desde la época de los cronómetros marinos, la relojería ha estado ligada a estos grandes retos.
El tourbillon seduce a todo buen aficionado a la relojería por su giro constante, de belleza hipnótica.
2019 consiguió nuevas propuestas relojeras, enmarcadas en unas tendencias, tanto estéticas como conceptuales, que definen las preferencias de los usuarios.
El pasado 9 de noviembre se dieron a conocer los galardonados en la 18 edición del Grand Prix de Relojería de Ginebra (GPHG). Un jurado internacional recompensó la excelencia y la creatividad, otorgando 17 premios.