LA CASA FLEXIBLE

Arquitectos, diseñadores y fabricantes coinciden en la necesidad de transformar la vivienda doméstica en un concepto avanzado de hábitat, más alineado y compatible con los estilos de vida actuales.
Este es un deseo que ya vimos materializado en varios proyectos de la última década –orquestados por firmas de mobiliario, electrodomésticos y complementos– y que podemos observar ahora también en el ámbito de las empresas de componentes para la industria del mueble. Sin ir más lejos, nuevas ideas como las destinadas a equipar los “Smart Spaces“ o ambientes inteligentes, un conjunto de estancias diáfanas, habitaciones domotizadas y lugares de trabajo flexibles, preparados para convertirse en lo que se espera de ellos en cada momento.
Lo cierto es que todo esto nos conduce irremisiblemente a un modelo de hogar donde los límites se diluyen y las barreras desaparecen para descubrirnos una casa nueva en la que la flexibilidad, lejos de ser un lujo, se convierte en parte de las prioridades que deben ser exigidas. Porque será esta misma versatilidad, la que nos permitirá multiplicar las superficies de almacenamiento, utilizar las cosas de diferentes formas y aportar una utilidad extra a cada elemento y rincón.
Y es aquí donde los profesionales implicados en el equipamiento del hogar –desde el fabricante del componente más pequeño al prescriptor final– tienen aún mucho de decir a la hora de explorar nuevos caminos de innovación: la industria auxiliar porque constituye el origen mismo del cambio y proporciona las herramientas necesarias al fabricante para desarrollar productos de vanguardia y los prescriptores como encargados de diseñar, materializar y supervisar los nuevos escenarios que se acomodan tanto a las necesidades actuales como a las que se prevén en un futuro.